Seguramente este escrito será el menos relevante de todos, pero me gustaría dejar constancia de mi pensamiento sobre las emociones y cómo se clasifican a día de hoy. Escribiendo una de mis entradas en este blog, que trata de las emociones y su clasificación (aquí), pensé en una propia teoría o pensamiento al respecto.
Para que entendáis mejor mi visión, soy una persona a la que le gusta tener todo controlado (lo que pienso, mis emociones, mis conductas, etc.) y llevo realizando autoanálisis de mis vivencias y emociones desde que fui consciente de todo el infinito mundo emocional. Todo ese esfuerzo ha derivado en el pensamiento que plasmo en esta entrada y que en un futuro puede cambiar, pero actualmente es así.
Si uno comienza a informarse sobre el mundo emocional del ser humano, se dará cuenta que la intención es objetivar lo máximo posible lo que es totalmente subjetivo. Pretendiendo cuantificar lo que no tiene esa cualidad con análisis del tipo “si tenemos tanta cantidad de esta emoción y se le añade esta otra en tanto porcentaje, obtendremos este resultado”.
Es increíble el afán de tenerlo todo “atado” y controlado, y que sí, en muchos aspectos de la vida funciona, pero en otros se queda en un vago resultado. Si pongo un ejemplo, sería el típico del iceberg, en el que la superficie representa lo que se pretende entender y la inferior es lo que realmente es (y me quedo corto).
Tras esta introducción de cómo concibo el panorama actual de la psicología, procedo a exponer mi teoría de las emociones.
La emoción del contexto
Pienso que existen cuatro emociones básicas que son inamovibles: miedo, ira, tristeza y alegría; y son las que generan el resto de emociones y sentimientos que emanan de nuestro interior.
A raíz de su mezcla obtenemos algunas emociones mixtas que son indudables debido a que se forman con emociones básicas. Por ejemplo, la nostalgia, siendo esta la mezcla de alegría y tristeza.
Hasta aquí, nada nuevo, el cambio se produce en que el resto de emociones y sentimientos que siente el ser humano (amor, calma, duda, pánico, dolor, odio, etc.), surgen de emociones básicas, pero es el contexto el que determina el tipo de sentimiento. Pondré como ejemplos los estados anímicos expuestos en el paréntesis anterior:
Es una concepción mucho más simple de análisis emocional respecto a las principales clasificaciones existentes, en las que se busca lo exacto, lo concreto y lo inamovible.
Como resumen diré que la visión de todas las cosas compuestas se forman de cosas simples (una sinfonía, un edificio, etc.) y es imposible estudiar un compuesto sin antes conocer los simples que lo conforman. Por eso, los temas que son incalculables o muy imprecisos (emociones), opino que la mejor visión es la simplificación en vez de la objetivización de algo que es por naturaleza inexacto.
Todos los descubrimientos hasta ahora realizados han sido sumamente importantes y de muchísimo valor, de hecho, no podría estar escribiendo estas palabras sin esos conocimientos. Pero veo que podría ser beneficioso dar un paso hacia atrás para una comprensión más fiel y que represente mejor al mundo emocional, en el que cada ser siente en su grado y forma.
Soy consciente de que esta visión puede ser compartida por unas personas, pero no por otras. Quiero aclarar que he llegado a esta conclusión a partir de mis vivencias y, si hubiera experimentado otros hechos, mi pensamiento podría ser parecido o simplemente distinto. A parte de que otros humanos estarán en el proceso de análisis que he vivido yo o en otro diferente que les conducirá a otras visiones similares o totalmente dispares.Cualquier inquietud, objeción o lo que se te ocurra, házmelo saber en el apartado de comentarios y te responderé con mucho gusto, ¡gracias!
AVISO IMPORTANTE: este blog refleja una opinión subjetiva de la vida basada en análisis a partir de experiencias propias y de diversas lecturas. No soy un profesional cualificado, solo expongo la visión que le contaría a cualquier persona querida a la que quisiera ayudar.