Soy Adrián Vidal García, gallego nacido en La Coruña en el año 1994. Desde pequeño siempre me apasionaron las disciplinas del deporte y la música, por lo que se han convertido en las bases de mi camino personal y profesional. A continuación, explicaré brevemente mi recorrido a lo largo de estos años y, por consecuente, el que ha permitido que yo escriba estas palabras.
Todo comienza con la percusión, la cual obtuvo mi interés en la niñez temprana. Dicha atención se podía observar en que construía mis propios instrumentos con cajas y palos (para mí, eran mis baterías). Cuando probé los instrumentos acústicos de verdad, comencé en el conservatorio en la disciplina de percusión un poco más tarde en comparación a la media a la que se suele empezar (cada uno descubre las cosas cuando le toca).
Tras pasar unos cuantos años, llegados al final de bachillerato, se produce otro punto de inflexión. En esa etapa me encontraba saturado con el estudio de percusión y decidí iniciarme en la rama de sonido. Este cambio de aires no surgió aleatoriamente, dicha decisión se vio propiciada por mis andanzas en la producción por ordenador (desarrollada desde los 13 años), y por ende, el mundo del audio recibió mi dedicación en ese momento. Por lo que fui a Vigo dos años, pausando el conservatorio y ampliando mi formación en diferentes ámbitos realizando el Ciclo Superior de Sonido.
Cuando acabé mis estudios en el ciclo superior, me di cuenta de que lo que realmente me apasiona es componer, así que decidí acabar el grado medio de percusión para poder acceder al Grado Superior de Composición mientras seguía formándome en el mundo del sonido con profesionales del sector.
Actualmente, soy graduado en la especialidad de Composición por el Conservatorio Superior de Música de La Coruña. Mi formación continúa de una forma más laxa y personal, pero lo importante es no dejar de aprender nuevos saberes.
Estos párrafos son un pequeño resumen de lo que ha sido mi formación profesional y, en cuanto a la personal, la han creado mis vivencias y mi ser, y eso es lo más importante. Esas experiencas nadie te las puede transmitir ni enseñar, es un aprendizaje interno, personal y, para mí, la base para ser único.